martes, 23 de junio de 2015

Hasta luego

Hasta pronto ( El Periódico de Aragón - 20/06/2015 )

Hace tres años y medio que me colé en el hueco de estas páginas y he estado ocupando esta columna de opinión de manera ininterrumpida un sábado de cada dos. 3.000 caracteres ha sido la superficie de este piso de alquiler. Me han dejado arrendarlo con total libertad. Me he esforzado en mancharlo mucho porque he querido que la tinta dejara pasar el relato de muchas de las cosas que nos han estropeado la vida durante estos años. Lo hemos pasado mal y me ha resultado muy difícil que la angustia no tiznara las letras. También me he dejado llevar por lo que me ha entusiasmado y me he enredado en el chiste. Puede que haya escrito cosas que me hagan dimitir de todos mis cargos antes incluso de que me los ofrezcan.

TECLEO desde el estómago y esa es una militancia que no ayuda a hacer carrera política. He tratado de no tomarme en serio. Quizás, para muchas personas, todo lo escrito no haya significado nada. Para mi abuelo cada artículo ha sido mejor que el anterior. A mi madre no le ha gustado casi ninguno. Estoy agradecida a mucha gente que ha dedicado sus minutos a leerme. Sé que en algunos casos se ha debido al cariño que tenían a mi persona y no a mis textos publicados.

Confío en que alguien se haya acercado a mis artículos sin el condicionante de quererme. En cualquier caso, si tengo que elegir, prefiero que me quieran a que me lean. No he creído representar a nadie porque ya me cuesta llevar la carga de mi propio cuerpo. Me ha hecho ilusión cuando alguien se ha sentido identificado con algo de lo que yo he relatado. Me han llegado comentarios muy bonitos, he sentido algo de vergüenza, mucha calidez y he querido tejerme una manta con ellos y meterme debajo.

TAMBIÉN HE TENIDO comentarios duros y me han hecho pensar si lo estaba haciendo muy mal o muy bien. Si tengo algún estilo, podría ser el de escritura de casquería. Me dolería no haber provocado ninguna emoción. No he tratado de contar la realidad sino de mirarla desde mí, torcerle el morro o darle un beso en la boca. Me gustaría creer que escribo algo mejor que cuando empecé a hacerlo aquí. No me gusta pensar que me he acomodado en la escritura de esta columna. Me he cabreado mucho conmigo cuando he sentido que me plagiaba a mí misma. Quizás por eso tengo que salir de estas cuatro paredes escritas. Perderme en un texto sin márgenes o callarme. Tender mi piel y darle aire a todas las palabras que la forman. Descansar de mí en este espacio para no quedarme reducida a una columna que se repite. Seguir escribiendo desde dentro y ahora con un adentro mucho más grande y más vivo.

Espero volver en unos meses a este hueco y seguir escribiendo soltando un poco de mí sin quedarme yo sin nada. Puede que este espacio lo ocupe alguien que tenga mucho más que contar y que además lo cuente mejor. Entonces yo me quedaré a oscuras pero no quieta. Buscaré otra grieta por la que colarme y me sentaré a escribir. Disfrutad de mi ausencia, será breve. Hasta pronto.

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