jueves, 29 de noviembre de 2012

Podcast de las últimas tertulias de Aragón Radio

Por almacenar las últimas tertulias en las que participé y no había acumulado aquí. Tenía a Diógenes que trinaba...

27/11/2012. Con Victoria Martinez y Adolfo Burriel. Hablamos de la violencia de género, de los resultados de las elecciones en Cataluña y de Grecia.
http://www.aragonradio2.com/podcast/emision/la-tertulia-analiza-la-lucha-contra-la-violencia-de-genero/

15/11/2012. Con Juan Luis Saldaña y Marian Rebolledo. Hablamos de la Huelga General entre otros temas.
http://www.aragonradio2.com/podcast/emision/la-tertulia-de-aragon-radio-y-el-seguimiento-de-la-huelga-general-del-14-n/

18/10/2012. Con Juan Luis Saldaña y Marian Rebolledo. Hablamos de la actualidad económica y el Consejo de Europa.
http://www.aragonradio2.com/podcast/emision/la-tertulia-de-aragon-radio-actualidad-economica-y-el-consejo-de-europa/

24/09/2012. Con Juan García Blasco y Carlos Sauras. Hablamos de la situación económica y de Cataluña.
http://www.aragonradio2.com/podcast/emision/la-economia-y-la-situacion-de-cataluna-centran-la-tertulia/

Intervención en el II Encuentro Mujeres en Cultura.




(En la Imagen, Pilar Pastor, Observatorio de la cultura del Ayuntamiento de Zaragoza; Carmen Peña, Directora del encuentro; Laura Freixas, de la Asociación Clásicas y Modernas; y servidora. Foto de mi compañera de PROCURA, Cristina Martínez)


Texto que preparé para mi intervención en el II Encuentro Mujeres en cultura, realizado por la Institución Fernando el Católico y la Cátedra de Género de la Universidad de Zaragoza y dirigido por Carmen Peña Ardid. Información del encuentro: http://procura.org/web/?p=7722 

NOTA: Lo que finalmente conté viene de aquí aunque no se ajustara del todo a lo escrito. Fue un texto para ser contado así que ruego se me disculpe los errores de redacción...

Mi intervención...

PROCURA es una asociación que aglutina a los y las profesionales de la cultura en Aragón. No es una asociación que como Clásicas y Modernas se centre específicamente en luchar contra la discriminación de las mujeres en cultura, sus objetivos se enfocan hacia la defensa y promoción de la cultura, la articulación de medidas que mejoren la práctica cultural, el respaldo a la labor que realizan las profesionales de la cultura y el poder instar a la administración a que desarrolle mecanismos de buenas prácticas. Es decir, son objetivos generalistas en el ámbito de la cultura. Pero, esto no quiere decir que nos desentendamos de trabajar en términos de igualdad puesto que, si queremos articular medidas que mejoren la acción cultural y favorecer las buenas prácticas en cultura, esto no se puede hacer obviando la discriminación de las mujeres en este campo. Y porque además, tenemos la responsabilidad, como se desglosa de los objetivos de la asociación, de fomentar la implicación de nuestras asociadas en las problemáticas sociales de nuestra época, y la falta de igualdad efectiva entre hombres y mujeres es una de estas problemáticas a las que nos enfrentamos como sociedad.

La asociación está compuesta por mujeres y hombres, más mujeres que hombres, 59 socias frente a 43 socios, que somos profesionales de la cultura en diversos ámbitos, gestión cultural, artes visuales, artes escénicas y musicales, literatura, patrimonio, socio cultura, comunicación cultural, etc. No voy a detenerme en lo que hacemos porque entiendo que no es este el foro para hacerlo sino que voy a hablar de nuestro análisis como profesionales de la cultura, en lo que tiene que ver con la desigualdad de género en la acción cultural.

Actualmente la junta directiva de la asociación, está compuesta por 9 mujeres y 4 hombres.

¿qué detectamos?

Yo fui alumna de la primera edición de un máster de gestión cultural realizado aquí, la mayor parte éramos alumnas, mujeres. En las siguientes ediciones esta proporción ha seguido así. Siempre ha habido más alumnas que alumnos. Tenía sentido porque según los datos, la gestión cultural es un área mayoritariamente de empleo femenino. Yo llevo 9 años dedicada a la gestión cultural, aunque casi más bien se trata de un activismo o resistencia cultural, en los que he ido a multitud de foros, ferias, encuentros, seminarios sobre cultura e industrias culturales, he escuchado varias veces este análisis, que el empleo cultural es mayoritariamente femenino. Curiosamente quien decía esto eran hombres ¿por qué? Porque la referencia de autoridad sigue siendo masculina.

Me vais a permitir que haga un poco de historia de la política cultural porque quiero hablar del desengaño de la democracia cultural. En un mundo en el que no había nada, todo estaba por hacer y cualquier cosa que se hiciera era mejor de lo que había porque no había nada. Con la llegada de la democracia en España se empiezan a desarrollar las políticas culturales. Yo siempre hablo de este momento como el de la generación bloqueo, porque es cuando se creó estructura cultural, no había nada y todo se tuvo que generar desde cero. Entonces mucha gente en ese momento accedió a los puestos de trabajo en cultura. Muchas veces estas personas eran gente que provenía de los movimientos sociales, que fue una maniobra muy hábil por parte del poder para descabezar estos movimientos, dejarlos sin liderazgo fuerte y neutralizarlos. Esto explica el porqué durante estos años no se ha tenido una sociedad civil fuerte, muchas de las personas que formaban parte de los movimientos sociales fueron absorbidos por las estructuras de partido y por la administración. Esas personas que entraron de golpe y de forma masiva tenían que empezar a construir la política cultural. Y generaron una cultura masculinizada, porque en su mayoría eran hombres pero también generaron una cultura paternalista en otro juego perverso para desactivar la cultura crítica con el poder. No se iba a morder la mano de quien te da de comer... Hablo de generación bloqueo porque esas personas que entraron entonces, se mantienen todavía hoy aunque hayan cambiado de asiento (de un teatro iban a dirigir un museo) impidiendo el acceso a los puestos de dirección de las políticas culturales de nuevas personas que pudieran regenerar la práctica de la cultura. Y no estoy hablando de un enfrentamiento entre experiencia versus juventud ni de un quítate tú para ponerme yo. Estoy hablando de que se ha generado un sistema muy poco permeable a renovar la práctica cultural. Y aunque hayan accedido mujeres a lo largo de estos años, los puestos de mayor capacidad de incidir en la dirección de la política cultural estaban bloqueados, porque ya tenían un culo en los asientos y porque las inercias machistas no facilitan el paso a que se sienten las mujeres en los puestos de mayor responsabilidad técnica o política. Y porque aunque lograran acceder, el prisma de acción, los marcos del sistema, seguían teniendo un enfoque patriarcal. Claro que generaciones posteriores han ido asumiendo puestos en cultura, pero tenían que hacerlo en los marcos del sistema y si no, estaban fuera de él. El sistema no ha facilitado la incorporación de voces críticas que pudieran trabajar en la regeneración. Es más fácil apartar lo distinto que integrar lo discordante como necesarios matices de los discursos en cultura. Y se puede trabajar desde los márgenes, abrir grietas que nos permitan seguir imaginando lo que queremos que cambie, pero teniendo presente que el objetivo no es orillarse sino transformar el sistema y tejer micro revoluciones que lleguen a mancharlo.

Este monopolio de los hombres y esta visión paternalista de la acción en cultura hace que la fuerte presencia femenina en la actividad cultural no se traslade en que las referencias de autoridad sean femeninas ni se visibilice en los puestos de representatividad. Nos dejan ser musas, que servimos de inspiración para ellos, los artistas, podemos ser consumidoras de cultura (consumimos más cultura), incluso podemos trabajar en cultura. Pero nos neutralizan a la hora de ser creadoras y de dirigir la política cultural. Autoría y autoridad. Laura Freixas lo explica muy bien cuando habla del techo de cristal, en el libro Mujeres y cultura, editado por el ministerio de cultura antes de la llegada de la Wertgüenza.

Respecto a la autoría y las dificultades de creación. Marta Tikkanen en uno de los poemas de su libro “La historia de amor del siglo” decía: “Mi madre tenía siempre su máquina de escribir en el regazo cuando escribía”, que recuerda a la reivindicación que ya hacía Virginia Woolf en “Una habitación propia” aludiendo a que lo que necesita una mujer creadora es un espacio para crear. Debido a las inercias de una sociedad machista, hombres y mujeres no llegamos a la creación desde una posición de igualdad de oportunidades. En el caso de las mujeres, nuestro potencial creador está sometido a nuestro papel de cuidadoras principales.

Y sobre autoridad, y aun venciendo todos los escollos, no se visibiliza la creación cuando creamos. Sólo uno de cada diez premios nacionales recaen en una mujer. ¿pero quien compone los jurados? Hombres. Y lo mismo pasa con el resto de organismos que toman algún tipo de decisión en materia cultural. Directores de museos, teatros, editoriales, o directores generales de administraciones públicas.


¿qué creemos que se puede hacer?

Romper un sistema desigual, injusto y perverso. Y esto queda muy bien como eslogan de guerra pero que luego hay que llevarlo a la práctica de nuestras barricadas cotidianas. Ahora iré a la concreción de como ir poniendo detonadores que activen el cambio pero permitirme antes que ponga una imagen de este objetivo que creo que tenemos que tener siempre presente.

En cooperación cultural muchas veces se ha trabajado desde una perspectiva de superioridad colonialista, (yo, país rico, sé lo que necesitas tú país subdesarrollado y por eso no es necesario preguntarte) y también desde una actitud patriarcal, (de hombre, desarrollador de los planes de cooperación al desarrollo, a hombre, dueño del territorio donde se realizaba la intervención). Por eso han fracasado muchas de las acciones desarrolladas en cooperación, porque no se tenían en cuenta las demandas y necesidades de toda la población de un determinado territorio. Os cuento uno de estos fracasos. Una acción desarrollada desde los planes de cooperación al desarrollo hace unos años, trataba de realizar unas canalizaciones de la red de abastecimiento, para que un poblado africano pudiera tener agua. Después de realizar toda la infraestructura que permitiera canalizar el agua, apareció rota. Y no se rompió, la rompieron. Alguien la destrozó de forma deliberada. Las mujeres eran las que se encargaban tradicionalmente de recorrer kilómetros para ir a recoger el agua y lo hacían en grupo. Habían sido ellas las que lo habían roto, porque el ir a buscar agua era el único momento en que las mujeres podían juntarse sin la mirada inquisidora de los hombres. No se había tenido en cuenta las necesidades de las mujeres y ellas se habían rebelado contra un proyecto hecho a sus espaldas.

Sirva esto como metáfora de lo que creo que tenemos que hacer, romper las canalizaciones de agua impuestas y que no hemos decidido construir nosotras para apropiarnos de nuestro protagonismo en la vida social y cultural. Y sin perder de vista este objetivo general, este eslogan de guerra de romper un sistema desigual, injusto y perverso, podemos ir realizando esfuerzos concretos:

1. Tomar conciencia del problema de desigualdad. Ni debemos conformarnos con que seamos iguales porque lo diga la Constitución ni dar por sentado que ya existe conciencia social sobre la desigualdad que sufrimos las mujeres. La igualdad tiene que ser real y efectiva y si no, no es. Y todavía no lo es. Y el que lo llegue a ser depende de que consigamos que se transformen muchas cosas pero primero y antes que eso, de que las mujeres asumamos la responsabilidad de protagonizar nuestra historia. Porque no se trata de que nos den algo sino de conquistarlo. Y la conquista de derechos siempre se ha hecho a través de la lucha social y no de romerías a la virgen ni esperando sentadas.


2. Favorecer la realización de análisis, estudios, artículos, etc. que visibilicen la labor de las mujeres en cultura. Tenemos que ocupar el espacio para convertirnos en referencias de autoridad y tenemos que ser nosotras las que nos escribamos porque sino los que sigan escribiendo la historia serán exclusivamente los hombres y por tanto la visión será masculina y no en términos de igualdad. María Moliner, referente de las letras españolas, académica sin sillón porque nunca llegó a entrar en la Academia decía que quizá no tenía méritos suficientes para entrar en la Academia pero que si su diccionario hubiera sido escrito por un hombre, a ella misma le extrañaría que ese hombre no fuera académico. La vida de María Moliner que es una de las referencias de autoridad en nuestras letras que tenemos que reivindicar, es objeto de una obra de teatro que se estrena pasado mañana el Teatro de la Abadía. Pues bien, la obra está escrita por Manuel Calzada y dirigida por José Carlos Plaza. Dos hombres. Que por supuesto que pueden escribir sobre mujeres, faltaría más, pero es que aun cuando las protagonistas son mujeres, las historias sigue siendo escritas por hombres y por lo tanto, las referencias de nuestra historia como sociedad, seguirán siendo masculinas.


3. Potenciar la creación de imaginarios femeninos. Desde la cultura no debemos perpetuar y legitimar sólo el protagonismo masculino en nuestra creación. Si queremos llegar a alcanzar la igualdad entre géneros, tendremos que generar igualdad en autoridad y autoría. Fomentemos el protagonismo de la mujer en nuestras ficciones.

4. Exigir buenas prácticas para evitar prácticas sexistas en los órganos de decisión sobre política y práctica cultural.

5.Reivindicar el derecho a la cultura y a poder ser hacedoras de cultura. Han salido publicados ahora unos datos del ministerio que señalan que en Aragón, en el último año se han perdido 7.500 puestos de trabajo en cultura. Y no sé la proporción de esos puestos que eran ocupados por mujeres pero siendo que somos nosotras quien, generalmente, cubrimos los puestos de menor protección, es fácil hacerse una idea de que la mayor parte de esos puestos perdidos habrán sido de mujeres. Yo soy una de esas mujeres que ha perdido su empleo en estos últimos meses y en esta sala hay muchas más compañeras en mi misma situación. Hay que cambiar cosas para que las hacedoras de cultura puedan vivir de la creación y mediación cultural. En demasiadas ocasiones estamos derrochando nuestro talento y activismo en trabajos que nos procuren el sustento económico pero que no coadyuven a la transformación cultural simplemente porque desde la creación no sacamos rendimiento económico que cubra nuestras necesidades básicas. (No sé si conocéis el caso de Cristina Fallarás, periodista y escritora, subdirectora del periódico ADN y despedida en 2008 cuando estaba embarazada de 8 meses. Cristina ha hecho público hace unos días que tiene una orden de desahucio, ella contaba que en estos cuatro años desde que la despidieron, ha escrito dos novelas, ambas han sido premiadas y una de ellas, Las niñas perdidas, le ha hecho ser la primera mujer en ganar el Premio Hammett de novela negra. Ha seguido escribiendo artículos y tiene una editorial. Pues todo eso no le ha servido para asegurar su sustento económico y el de sus hijos porque la actividad cultural hoy en día, no se remunera o se remunera mal). Y aquí tenemos un gran reto.


6. No resignarse, si sabemos que uno de los problemas es la visibilización de la práctica cultural femenina, no sucumbamos a lo fácil de llamar como referencias de autoridad a hombres sólo por no haber hecho un rastreo más exhaustivo para encontrar a esas mujeres que sean referencias de autoridad en un determinado tema para no seguir manteniendo la presencia exclusivamente o mayoritariamente masculina. Ahora mismo hay una charla de industrias culturales y empleo en el Teatro Principal, organizadas por la Fundación María Dominguez que fue la primera mujer alcaldesa de la Segunda República elegida para tal cargo en Gallur en 1932 y fusilada por las tropas franquistas al inicio de la Guerra Civil. Pues todos los ponentes son hombres, en una fundación que lleva el nombre de una mujer y se supone difunde valores asociados a la igualdad.

7. Denunciar. Hacer militancia feminista a diario. Denunciar a la práctica cultural que insista en generar imaginarios colectivos basados en el sexismo. Denunciar cuando nos encontremos en actos que no tienen representación femenina. Denunciar las declaraciones de representantes políticos y medidas llevadas a cabo que supongan un atentado contra la igualdad. Denunciar a los medios de comunicación que no tengan a firmas femeninas entre sus colaboradores. Denunciar, denunciar y denunciar. Nos jugamos el conseguir la igualdad.


8. Generar inercias de solidaridad y cooperación entre mujeres que sean transformadoras. Y pongo el énfasis en la voluntad de transformación para que las guerrilla girls no se acaben convirtiendo en una sección femenina cultural, y perdón por esta provocación tan bruta. Quiero decir, el otro día en una charla, Silvia Federici, que es una activista y escritora feminista, comentaba que los micro créditos que se habían dado en países no desarrollados a mujeres, aparte de ser un invento del capitalismo para propagar sus dogmas, eran una estratagema del sistema patriarcal para desactivar las redes de colaboración entre mujeres, sus comunidades de ayuda solidaria porque eran las propias mujeres las que denunciaban a las que no pagaban sus deudas y se presionaban entre ellas. Generaban un sistema policial entre ellas. Tenemos que fomentar la creación de redes de colaboración entre las mujeres y generar comunidad pero teniendo la voluntad de transformar, no de escorarnos a un lado y prestarnos auxilio social, sino generando dinámicas compartidas que ayuden a la transformación efectiva de un sistema machista.


Y esto es lo que quería decir, que dejemos ya de pronunciarnos en voz baja.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Desahucios y regalos


De pequeña quise cambiar los Reyes Magos por Papa Noel, que venía antes y así disponía de más días para disfrutar de los juguetes antes de volver al cole. No entendía como no había un gran pacto Reyes-Padres para adelantar la entrega y que los niños no estuviéramos tan pesados todas las fiestas. Ya podía el catolicismo, tan acostumbrado al artificio, cambiar la fecha. Mi madre me decía que lo de que tengas a Papa Noel o a los Reyes Magos no se elige, te toca. Y a nuestro barrio, Torrero, le tocaba que viniera el Rey Baltasar. Por eso me debí hacer republicana, porque no aceptaba otro rey que no fuera ese. Yo creo que fue una estrategia de mi madre para que yo no le saliera racista, siempre miré con devoción absoluta a las personas que compartían color de piel con mi rey, por si acaso eran familia y luego me venían con represalias. El caso es que mi madre sólo me dejaba pedirle tres cosas al Rey Baltasar. Yo insistía en que la magia no entiende de dineros pero mi madre no reblaba. Me decía que ya había muchos niños en el mundo a los que los Reyes no les traían juguetes y que si yo pedía más regalos, otros niños se quedarían sin ninguno. Yo lo entendía, aunque siguiera intentando encontrar a un niño con el que realizar trapicheos, hoy por ti mañana por mi, y me cediera uno de sus regalos. Lo entendía, y siempre eran tres regalos los que les pedía a los reyes. Lo entendía aunque ni por asomo supiera que lo que en realidad hacían mis padres era regalarme un poco de ética, de solidaridad y de justicia social.
PARA QUE unos tengan, otros nos tenemos que quedar sin nada. Esa es la lógica capitalista que está provocando un genocidio de la clase trabajadora. Muchos de los que todavía tienen trabajo lo perderán. Los que no lo tenemos pero cobramos prestación, se nos agotará. Se morirán los abuelos que mantienen con su pensión a toda su familia. Y se quedará sin casa mucha de la gente que no tiene cómo pagarla. Al PSOE sólo le toca lo que pasa en la calle cuando no gobierna y al gobierno sólo se le ocurre sucumbir al brazo armado de la banca y lanzar un decreto que deja fuera a la mayoría de familias afectadas. ¡Que se maten entre ellos! Parece que exclaman los representantes políticos con unas medidas que nos hacen competir entre pobres para ver quien es más desgraciado. En la Constitución se sigue leyendo lo del derecho al trabajo, a una vivienda o a una vida digna. Pero lo que recoge la carta magna sólo interesa cuando es para hablar de la unidad nacional. Como si pudiéramos tener patria sin derechos humanos. Los desahucios nos convierten en apátridas de un estado que nos expulsa.
Quizás uno no elige en qué lado del mundo le toca estar en la partida aunque sí puede decidir cómo ponerse. Mi vergüenza no será llegar a ser desahuciada sino aceptar los dados trucados y jugar con el drama social como lo hacen gobierno, autoridades, bancos y las personas que cambien la solidaridad por comprarse una casa embargada. Ellos tendrán las manos manchadas de sangre. Seguramente no son de Torrero ni tienen a unos padres a los que agradecer no haber tenido más de tres regalos.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Presentando de nuevo a Santiago Auserón


Ayer tuve otro de esos ratos para colocar en la estantería de mi colección de momentos. La librería Cálamo volvió a confiar en mi para presentar el libro de Santiago Auserón "El ritmo perdido". Hace unos meses presenté también allí otro libro de Santiago "Canciones de Juan Perro". Ayer estuve acompañada aparte de por Santiago, por Manuel Fernández-Cuesta, editor de Península y de Manolo Vilas, el Gran Vilas. Hablamos de muchas cosas, de música, de lenguaje, de historia, de estudios e investigación cultural, de ritmos, del capitalismo y de buscar esos espacios de libertad en los márgenes. Siempre es un placer escuchar a Santiago. Gracias a él por dejarme de nuevo compartir un momento de esos que te tocan, aunque no se oyera música. Y gracias también a Manolo Vilas, a Península y a la Librería Cálamo. 
De la presentación, Josián Pastor hizo estas bonitas fotos. Gracias. 






domingo, 11 de noviembre de 2012

Necesidad de lo cursi sensible

Necesidad de lo cursi sensible ( El Periódico de Aragón - 10/11/2012 )


Nos falta una política sensible a las circunstancias de la ciudadanía. El poder ha generado una brecha enorme entre el ellos y el nosotros y pese a eso, creo que la solución pasa por la construcción política sin que su ejercicio sea desde la asepsia de los púlpitos. Me pregunto si no estaré cayendo en un profundo sentimentalismo ñoño y me acerco al diccionario de la RAE para comprobar la definición de sensible. 1) Que siente, física y moralmente. 2) Que puede ser conocido por medio de los sentidos. 3) Perceptible, manifiesto, patente al entendimiento. 4) Que causa o mueve sentimientos de pena o de dolor. 5) Dicho de una persona: Que se deja llevar fácilmente del sentimiento. 6) Que cede o responde fácilmente a la acción de ciertos agentes. 7) Se dice de la séptima nota de la escala diatónica. No sólo sé que lo que pensaba de sensible se acerca a lo fijado, limpio y esplendoroso de la Academia, sino que aprendo que también es una nota musical. Vuelvo a la idea, un representante político ha de ser sensible a los problemas de la ciudadanía. De lo contrario, no hace política sino negocio y desarrollo de su marca personal. Y al nombrar lo sensible me acuerdo de Ramón Gómez de la Serna y de su estupendo "Ensayo sobre lo cursi" y me visto de exploradora coleccionando algunas de sus perlas "hay dos clases de cursi: lo cursi deleznable y sensiblero y lo cursi perpetuizable y sensible o sensitivo.( ) En los momentos de gran preocupación social, de fuerte involucro de los valores y los sentimientos, aprovechando que las gentes no están para nada, tiende a prevalecer lo cursi malo. Lo sensiblero coacciona, adormece, inmoviliza, recarga, suprime vuelo al espíritu, se aprovecha de la gangosidad de la ternura y de la debilitación de lo blandengue. ( ) Lo cursi bueno es, frente a lo cursi malo, lo que lo sensitivo es a lo sensiblero. Lo sensitivo no se aprovecha de la ternura, no abusa de ella, sino que la hace funcionar en ondas puras, sin dejar que caiga el alma en perezas deleznables. Lo cursi malo esteriliza la vida y evita la comprensión". Me viene la imagen de Raúl de la Hoz, diputado en las Cortes de Castilla y León y abogado en ejercicio que en su asistencia letrada a Bankia, pidió que un juez embargase la prestación por desempleo a una mujer a la que la entidad reclababa dinero tras la ejecución de su hipoteca. La incomprensión propia de lo cursi malo a la que se refiere Ramón.
Se producen más de 500 desahucios al día, la tasa de desempleo se sitúa en el 25% y uno de cada cinco españoles está bajo el umbral de riesgo de pobreza. Esta realidad tendría que servir de bozal a la halitosis de la oratoria dolorosamente cursi y vacía que desprenden los gobernantes. Frente a eso, la necesaria comprensión y sensibilidad de lo cursi bueno de Ramón hacia los problemas ciudadanos, "no hay otra salvación en los tiempos que por raquíticos se vuelven verdaderos y en los que vivimos en el fondo seco de la taza de la vida, en el azucarero vacío, en la cuartilla sin proyecto".

Reseña del libro "Un estado del Malestar"

Reseña del libro "Un estado del malestar" de Joaquín Berges, aparecida en el suplemento "Artes y Letras" del Heraldo de Aragón el 8 de noviembre de 2012.