miércoles, 24 de febrero de 2016

La ciudad de las mujeres


La ciudad de las mujeres es un proyecto documental de Vicky Calavia en el que participo. Se estrena el próximo 9 de marzo.

Ondas que te tocan

Ondas que te tocan ( El Periódico de Aragón - 20/02/2016 )

Se ha descubierto que las ondas gravitacionales sí que existen. Einstein lo anunció hace cien años en su teoría de la relatividad y ahora se ha confirmado. Los objetos acelerados producen distorsiones del espacio-tiempo que se propagan por todo el universo. Estas distorsiones son las ondas gravitacionales. Puede que este descubrimiento nos permita aprovecharnos de su energía. No sé de qué manera. Si se me escapa descifrar el llanto de mi hija, cómo voy a comprender todo esto. Lo intento. Es como cuando tiras una piedra a una balsa de agua y se provoca un movimiento circular alrededor del lugar del impacto. Pues algo así pero con agujeros negros, por ejemplo. Un cuerpo masivo perturba. Altera el orden. Igual que Esperanza Aguirre, Ella es como todas las malas de las películas Disney pero en una sola.

Perturbar también significa perder el juicio. Qué miedo da un mundo en el que se encarcela a unos titiriteros y el juez los excarcela diciendo que no hay riesgo porque les han requisado los muñecos. Que no cunda el pánico, ya no podrán hacer ficción. Ese es otro tema. Estamos en un tiempo en el que todo lo que escribes se caduca. No sabemos lo que va a pasar. Y mira Einstein, predijo y acertó. Claro, pero es que él es un científico. En la ciencia es donde caben las certezas. Fuera de ahí, el abismo. ¿Cuánto tiempo pasó él intentando entender el mundo? Es difícil detenerte a mirar algo cuando todo pasa tan rápido que puedes verlo sin necesidad de pararte. Lo que pasa no te huye, pasa. Se queda flotando, como la basura espacial. Y algún día puede caer sobre ti con todo el peso de tu mirar para otro lado. A veces, las ondas que se propagan con determinadas situaciones son muy fuertes y te levantan.

Mis amigos, Sergio del Molino y Cristina Delgado, han abierto una petición en Change.org para que los cuidados paliativos se extiendan a los niños. Para que los niños que van a morir puedan hacerlo en la intimidad de su casa, con su familia y sus juguetes, sin el abandono absoluto del sistema sanitario. No, no nos gusta que la gente enferme y muera, especialmente los niños. Pero a veces pasa, también en los niños. Me gustaría que mis amigos no supieran de lo que hablan. Y quisiera que no se hubieran sentido abandonados. Ellos no pueden impedir que ningún otro niño niño enferme y muera, pero se han propuesto evitar que, si eso sucede, otras familias se sientan abandonadas. Su gesto habla mucho de ellos. Su rabia, su miedo, el amor a su hijo, su dolor, su recuerdo. Todo eso es suyo. Lo que sienten, es su espacio propio y privado. Pero ponen su experiencia como puerta para conseguir lo que ellos no tuvieron, que los servicios paliativos pediátricos domiciliarios sean un derecho para cualquier niño cuyos padres lo soliciten. Su petición sigue propagando ondas en forma de firmas. Te puedes sumar, si quieres. Es de todos y para todos. Gracias.

Change.org/paliativosencasa

Tacos de fijación

Tacos de fijación ( El Periódico de Aragón - 06/02/2016 )

Tengo la oportunidad de entrevistar al escritor Marcos Ordóñez con motivo de su libro Juegos reunidos. Me detengo en uno de los relatos que ahí aparecen, en una historia pequeña. Cuenta el autor que, en la estrofa de una canción que hablaba de los barrios de Barcelona, siempre había escuchado que se decía Astor. Finalmente, cuando Ordóñez ya había creado todo un universo a ese barrio desconocido, el dueño de la canción le sacó del error, no decía Astor, decía Las Corts. Y el problema es que Astor ya estaba activado en la mente del escritor. Lo había imaginado y ahora existía. Cómo no iba a existir si le había creado un tipo de luz, pequeñas zapaterías con muy pocos zapatos, olor a nardos de cera y viejos sentados en bares mirando al fondo de los vasos como si se les hubiera caído algo dentro. Me sentí aludida en la anécdota. A mí me pasó con una canción de Aute. Me aprendí la letra antes de entenderla porque mis padres ponían el disco con frecuencia cuando yo era pequeña. Y ya, para siempre, fijé en la memoria "la Venus del Nilo" donde se decía "la Venus de Milo". Y sólo reparé en mi confusión cuando un novio se percató del cambio de letra. Y, para entonces, de la misma manera que había hecho Marcos Ordóñez, yo ya tenía confeccionada una historia para esa venus romana que había llegado hasta África. Así funciona la literatura, creando universos de verdad para explicarse la realidad. Muere el inventor de los tacos de fijación. Los tacos se necesitan para fijar los tornillos. Sujetan, igual que hace la literatura. Son tan útiles que yo misma me compré en Ikea una caja con tacos de distintos tamaños. Yo, que no tengo taladro. No los he utilizado nunca. El universo real puede ser más inútil que el inventado. Mira el Congreso. Está intratable. Por eso las distintas fuerzas políticas se encargan de dibujar ficciones que alimenten el miedo, la ambición, la posibilidad de cambio, los entendimientos o diferencias. No sabemos lo que va a pasar pero cada uno tiene su proyección. Yo me encuentro como si asistiera a una sesión de realidad virtual y estuviera haciendo aspavientos para espantar monstruos imaginarios. Quita, bicho. El inventor de los tacos de fijación también inventó el flash sincronizado para cámaras de fotos. Flash también es una noticia breve que emiten los medios de comunicación con carácter urgente. Y pienso en las informaciones sobre los refugiados y en las fotografías de niños muertos. No hay tacos que aguanten lo que pesa la vergüenza de esta realidad. "Si Europa fracasa en la cuestión de los refugiados, su relación con los derechos universales de los ciudadanos quedará destruida y no tendremos la Europa que queremos imaginar". Esto lo dijo Merkel. Y la respuesta de Europa fueron vallas, negativas a acoger refugiados, palos en las fronteras o cupos sin hacer nada para poner en marcha la recepción. Y más muertes. Entonces sí, siento que hay algo peor que lo que estamos viendo, el mundo que se imaginan algunos.