lunes, 4 de abril de 2016

Contrarios

Contrarios ( El Periódico de Aragón - 02/04/2016 )

Ha llovido también en mis zapatos y me molesta la humedad aunque solo tengo los pies mojados un rato. Imagina todo un invierno de frío y barro. Un ministro que dice que las expulsiones colectivas de migrantes tratan a seres humanos como maletas. Suelta esa frase pero el gobierno del que forma parte rechaza acabar con las devoluciones en caliente. Una niña siria corta con un cuchillo de plástico la alambrada que la retiene en la nada. Piensa en tu parto. Una cama. Material esterilizado. Anestesia. La matrona. Desinfectar. Coserte. Curarte los puntos. Comprobar que el recién nacido esté bien. Volverte a situar en una cama de una habitación limpia y caliente. Ahora piensa en parir sin nada de eso. Piensa en ver pasar los días, uno tras otro, con la única actividad de resistir y pelear por tu ración de comida. Sin nada qué hacer, sin nada por lo que levantarte. La vida detenida y enjaulada. El no derecho a vivir.

UN SEÑOR SUFRE un accidente de coche. Es el líder de un partido neonazi alemán, que encabeza marchas xenófobas acusando de enemigos a los refugiados. Dos refugiados sirios le socorren antes de que lleguen los bomberos. Los invasores velando por su vida. Un turista se hace una foto con el secuestrador del avión egipcio. El primero aparece con el falso cinturón de explosivos, el segundo con una sonrisa idiota en la cara. ¿Quién te asusta más? Atentado en Bruselas. El horror ocupa mucho espacio en los medios de comunicación. Es Europa, nos toca de cerca. Podíamos haber sido nosotros. Casi. El casi siempre actúa de aderezo escénico a una historia. Relatos de personas que iban a estar en el lugar de los atentados y se salvaron por poco. Perdieron el metro, se olvidaron el teléfono en casa, se quedaron dormidos. Atentado en un parque de Pakistán. Mueren más personas que en Bruselas pero ocupa menos páginas. Muchas de las víctimas son niños, pero son otros niños, no los nuestros. Los nuestros y los otros. Lo que te pilla cerca te toca de otra manera, vale, pero la lejanía no tendría que ser motivo para reducir la tragedia. Como si el drama fuera menor cuando se distancia de tu casa, de tu territorio, de tu idioma, de tu cultura.

Dos señoras muy arregladas, como solo van las señoras que viven en edificios con maceteros en los portales de los centros de las ciudades, esas señoras hablaban de los inmigrantes chinos. Son una plaga, decían, lo están ocupando todo. Estaban muy molestas porque ellos abrían negocios mientras los españoles cerraban los suyos. No hay derecho. Te dejo, que me meto a la peluquería. Era una peluquería regentada por ciudadanos chinos. Es barata y abre un Jueves Santo. Peinarse como Dios manda bien vale llevarse la contraria. Queremos parar el terrorismo dejando sin nada a los que huyen de él. Si se les quita todo, solo les queda violencia. Campos de refugiados que se convierten en centros de detención. El miedo. Todos son malos. ¿Para qué Europa si no es capaz de remendar costuras? El barro sólo tendría que ser para rellenar grietas.

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