lunes, 7 de julio de 2014

La vida titubea en los pacos.

La vida titubea en los pacos ( El Periódico de Aragón - 05/07/2014 )


Se dice que cualquier camino es bueno si no sabes por qué dirección ir pero no se habla nada de cómo te sientes cuando eres el enlace roto de internet. La inmediatez es una cuchilla con la que se afeita lo circunstancial.

Los accidentes en nuestros cuerpos de hoy se titulan 404 not found y desambiguación. Son los errores más habituales. No nos encontramos y si lo hacemos es bajo unas coordenadas inciertas y dudosas. Al buscar desambiguación en el diccionario he tenido que ir desambiguar, luego a ambigüedad y finalmente a ambiguo. Podemos resolver vacilaciones a golpe de clic y sin embargo a cada paso encontramos nuevas incertidumbres. Titubeamos como en la canción de Pauline en la Playa: "Pregunto y titubeas. Tienes miedo, tiritas". Somos temporeros de nosotros mismos. Acampamos en la provisionalidad y nos levantamos todos los días con las arterias tejidas en cruceta. La certeza es una taza de café por las mañanas. Solo eso. La estabilidad tenía fines de semana, puentes, vacaciones, horas extras y, sobre todo, planes. La vida en nuestro actual relato tiene introducción y nudos pero nada de desenlaces.

Nos perdemos en esas lazadas como las que se hacen en los cables de nuestros aparatos tecnológicos que nos sirven de conexión con el mundo al mismo tiempo que nos secuestran de algún modo. Todo es provisional porque no sabemos cómo llegaremos a mañana. En la vulnerabilidad no se sabe de qué manera despejar las equis. Escribir no es más inteligente que resolver una ecuación matemática y sin embargo: "Entre la posibilidad de acertar mucho, / existente en la matemática, / y la posibilidad de errar mucho, / que existe en la escritura (errar de errante, de caminar más o menos sin una meta) / opté instintivamente por la segunda. / Escribo porque perdí el mapa". Esto dice Gonçalo Tavares en su poema El mapa. Errar de error y de errante. Poner muchas erres a lo que escribo para que parezca no que perdí el mapa sino que tengo ideas con todo el peso de la razón: errático rastro tratado rápidamente como roto mientras rumiaba arrullado en mi regazo. Por ejemplo. Ya no podemos ser más listas que el hambre porque el nuestro se ha acostumbrado a no destacar.

Estar por debajo del umbral de la pobreza es demasiado habitual. He escrito umbría por umbral y la frase seguía inalterable. Aquí se dice que los sitios en donde no da nunca el sol se llaman pacos. Es muy distinto vivir buscando por un rato la sombra que no poder salir nunca de ella. Temblamos. Lo que vendrá es una habitación sin ventanas. Esa sensación de tener las perspectivas agarrotadas. Nuestro contrato más largo es con las series de televisión que renuevan temporada.

Han caído en picado las ventas de coleccionables porque ahora, en el exilio de la estabilidad, no podemos jugar a juntar otros trozos que no sean los de nuestras penurias. Reírse aunque solo sea por montar una huelga a lo que nos espera. Piquetes a la expectativa ¿Cómo seremos cuando volvamos a poder pensar en lo que haremos al año que viene?

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