Infección de orina resistente ( El Periódico de Aragón - 12/11/2016 )
Voy a un mercadillo benéfico que se realiza todos los años. Se recaudan fondos para la obra social de una fundación mediante la venta de productos de segunda mano. Hay bisutería, libros, ropa, menaje o muebles. Cada puesto es atendido por voluntarias, casi todo son mujeres. Mientras realizo la visita, escucho en dos ocasiones, en distintos puestos, a dos voluntarias dirigiéndose a unos asistentes. No puedo evitar oír la conversación porque la realizan a gritos. En ambas ocasiones les acusan de tener mucha cara dura y de intentar llevarse las cosas sin pagar el precio convenido. Se dirigen a ellos sacando a pasear el término inmigrantes, como si fuera una categoría de personas distinta a la suya, marcando diferencias entre un ellos y un nosotros. La superioridad moral, la extraña concepción de la solidaridad y el desprecio. Se me encrespa el pelo y el ánimo. Una chica pasea con dos perros. Va dando tirones bruscos a las correas para que los animales no se entretengan olfateando. Parece que tiene más prisa que amor a sus mascotas. Estoy en el parque con mi hija. Una madre riñe a su hijo porque está jugando con la arena. Le dice que deje de hacerlo porque se va a manchar la ropa. En un restaurante que se anuncia como gamberro, no dejan entrar a los niños. No trabajan con menores de doce años, expresan. Hay una concentración a favor del pequeño comercio y en contra de una nueva superficie comercial. Ni siquiera asisten los comercios a los que se intenta apoyar. Otra amiga a la que han despedido de su trabajo por quedarse embarazada. Alguien escribe un texto en las redes sociales y al rato ya tiene varios comentarios diciéndole lo que tiene que opinar. Otro artículo donde alguien intenta dejar claro un asunto. Sin posibilidad de error propio. Todos son ajenos. La culpa ha sido del otro. Siempre. Huelga de deberes. A favor y en contra. Todos saben mucho del asunto. Tenemos más análisis que papel higiénico. Qué manera de tomarse en serio. La carne tiene que ser poco hecha. Nos ponemos un lacito en la foto de perfil y arreglamos el mundo. El PSOE se queja de que el Gobierno de Rajoy parece poco dialogante. ¡Oh, sorpresa! Nos ofende más un chiste que una ministra que quiere solucionar el paro rezando. No leemos, pero llenamos nuestros muros de frases célebres cuando se muere un escritor. No tenemos tiempo para cocinar, pero podemos llenar todos los minutos comentando si hubo cobra o no. Ya no hacemos caso a los medios tradicionales, pero ocupamos todos los espacios hablando de lo que cuentan. Nos queremos vivas, pero dejamos que nos sigan matando. Igualdad de oportunidades, pero qué hay de lo mío. No he dejado de estar mala desde que mi hija va a la guardería. Salgo del moco para meterme en la tos. Fui al médico con una infección de orina que no se me acababa de pasar del todo. Es que tienes una infección de orina resistente, me dijo. Al día siguiente ganó Trump. No dejo de pensar en los virus.
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