Cosas que nos revuelven la cama ( El Periódico de Aragón - 30/04/2016 )
Se tiene intolerancia al fracaso como se tiene al gluten y a la lactosa. Si no tienes alergias, eres un loser. Ir a un salón de empleo a bailar. Eso tú, que tienes trabajo. Cogería todo el coaching y el mindfulness y haría una pelota rebozada en quinoa y sirope de Agave. Y tapón. Que no pase la imbecilidad, las charangas y una nueva campaña electoral. Coger las mesas electorales y encerrarlas en los salones del Ikea. En esas casas de muestra de 35, 45 y 55 metros cuadrados.
La primera dama. Está ella y luego las damas segundas, terceras y cuartas. La primera dama de Siria dice que sus hijos son muy buenos chicos y hacen deporte y aprenden inglés. Los demás niños sirios mueren en la guerra o huyendo de ella. De eso no dice nada. Lo importante es lo que cuentan los papeles. Ni tú ni yo salimos. Ni papel protagonista ni contrato laboral. Nada. Los pobres no tenemos ni errores. No se utiliza nuestra firma para abrir una empresa en un paraíso fiscal. Transparencia. Desnudos nos vemos las costuras. Vayámonos de luna de miel a un concierto y brindemos comiendo torreznos. Las manos limpias tenían agujeros de tanto ponerse cara al sol. Los patriotas tienen las banderas en sus bolsillos. Romper las líneas significa poner a salvo a los efectivos que atraviesen una situación de riesgo. Por eso se prohíbe que los periodistas de un medio vayan a las tertulias de otro. Saber leer entre líneas, eso es otra cosa.
UNA EMPRESA española construye al revés el primer puente levadizo de Chile. Parece que la última reforma laboral provoca más accidentes de trabajo. Creo que Torrero es el único sitio donde no estuvo Cervantes. Jordi Hurtado abandona temporalmente el programa que venía presentado desde hace casi 20 años. Se cumplen 30 años de la catástrofe de Chernóbil. Se quedó parada la noria pero el accidente sigue viviendo hoy, en las enfermedades de todos los supervivientes. Silvano Tonolio. Su nombre no dice nada pero cuenta la historia de nuestros días. Es un jubilado italiano al que desahuciaron hace ocho meses del apartamento en el que vivía en el centro de Turín. Era enfermero. También fue voluntario en una misión en Uganda. Todo eso da igual al firmar una orden de desahucio. Silvano utiliza los trenes como casa y así evita vivir a la intemperie. Hace unos años sufrió un ictus que lo dejó parcialmente inválido. Esto le permite viajar gratis. Dice que su mayor riqueza es ese carnet con el que va en tren sin pagar. Se sabe de memoria los horarios y rutas. Coge los trenes para pasar el día y la noche. No tiene parientes pero sí algunos amigos. Va a verles y agradece que le inviten a comer. Le han robado dos veces. Nunca duerme en las estaciones. Dice que no es un sin techo porque no se ha hundido. Él se despierta, se afeita y asea en el lavabo del tren. Llega al final del trayecto y vuelve a coger otro tren. Los inspectores, a veces, le llevan el café por las mañanas. Está esperando un alquiler social. Quiere parar. Y una cama.
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