Los estorninos nos dejan sin gorriones ( El Periódico de Aragón - 24/05/2014 )
Dice nuestro gobierno que todo es enaltecimiento del terrorismo en casa y alegría en la calle. Por eso sigue habiendo unos cien desahucios al día, para que cada vez haya más gente que se contagie del alborozo. Dormir al raso, qué risas. Ojo lo que dices que cerramos el internet y aquí spam y después gloria. El lenguaje es como los círculos que se hacen al echar el humo, hay personas a las que les salen perfectos, a otras no y muchas que se ahogan al abrir la boca. Yo por campaña siempre pienso en paté y en que no se lleven mi hígado, que le tengo aprecio. Ser mujer es peor que las manchas de grasa y mucho más fastidioso de eliminar. Hay que convivir con nosotras como con la economía sumergida. Eso dice un diputado popular. Hacer política al estilo bronceado de bote: esconder tu piel debajo de una superficie falsa que al final te deja mancha. Los mensajes electorales están tan bien seleccionados como el envoltorio de color azul para el Sugus de piña. Y el que más chufle, capador. Para superioridad intelectual la de las malas hierbas que crecen incluso en paredes de cemento. La propaganda política la escriben los mismos que hacen las fajas de los libros, por eso todo es maravilloso, desopilante, exitoso, emocionante y lo mejor. Las elecciones nos aguardan como un torero de rodillas esperando a que el toro salga al ruedo, preparado para hacerle al animal un quiebro o burla que lo engañe. Democracia a porta gayola, se llama a esto. Leo el último libro de Javier Pérez Andújar: "¿Ves todos esos votos? ¡Oh, sí, qué bello es votar! Pues algún día todos esos votos serán tuyos. ¡Ohhh!". Será que si acumulas muchos te dan cupones como en el súper. ¿Se puede canjear el derecho a voto por una Thermomix? También hay idearios seductores y argumentos incontestables para capturar el voto: "O votáis a Cañete u os pego una paliza".
Mientras estábamos con esta fiesta, los cadáveres se nos fueron amontonando en los sótanos de la universidad. A veces la literalidad es un catálogo de todas nuestras metáforas. Se nos hacina la muerte. Los estorninos nos están dejando sin gorriones. Este es mi abuelo que no da puntada sin nido. Era nuestra clase trabajadora de las aves, común y abundante, y ahora casi ya no quedan. El entorno se los está cargando. Como a nosotros. Los estorninos poderosos nos están desplazando para quedarse con todo. Durante años, en las minas de carbón, se utilizaban pequeños pájaros como alarma para detectar fugas de grisú. Si se morían, los mineros salían corriendo. Ya podía el grisú meterse por las grietas del sistema y romperlo antes de que detrás de los gorriones desaparezcamos nosotros. Coge la papeleta y calla. Decíamos lo del frío del carajo si el grajo volaba bajo pero, ¿qué diremos si el grajo ya ni vuela? Qué más da mientras tengamos urnas en las que embalsamar nuestros presentes. Una ronda de elecciones, que paga nuestro mañana. Como decía la canción de los Teen Tops "ahí viene la plaga, le gusta bailar". Tonto el último.
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