Conciencia de clase ( El Periódico de Aragón - 03/01/2015 )
La primera vez que yo escuché el término conciencia de clase lo entendí como coincidencia de clase y me pareció que mi error tenía mucho más sentido. Lo tenía porque el alumnado que coincidíamos en una misma clase desarrollábamos una especie de conciencia de pertenencia a ese grupo. Dentro de clase cada cual tenía sus adherencias y sus manías pero, fuera del aula, la clase era una masa. Los del A frente a los del B. "Con ellos sé de dónde vengo y adónde voy". "Con el resto, por mucho oficio que tengan en la vida y sus costumbres, no atacaría Troya, no la defendería".
Tú no eras tú sin la clase que te explicaba. Pertenecías a la gente con la que compartías pizarra, asiento, broncas y exámenes. Los otros, el resto, eran los de la otra clase. Parece que las nuevas formas de hacer política rehuyen hablar de conciencia de clase. Se ponen otros nombres a los nombres por si los votos se asustan con algunas palabras. No recuerdo el primer momento en el que escuché hablar de Marx pero imagino que lo confundiría con una película en blanco y negro. Porque yo llegué al marxismo antes por los hermanos Marx que por otra cosa. Igual que llegué a la izquierda por la poesía que cantaba Paco Ibáñez antes que por leer El capital.
Recordar es "ese misterio comprensible que habla de nosotros abriendo sentidos diferentes al que vamos". Marx distinguía entre "clase en sí" y "clase para sí". Decía que la dominación del capital creaba una masa con unos intereses comunes, una clase en sí. Esta clase se convertía en "para sí" si tomaba conciencia de lo que la distinguía de otras clases. Conciencia: "Una historia que recuerdas como quien se gana la vida y prefiere no perderla". No están los tiempos como para olvidar de dónde venimos. ¿Cómo no vamos a tener conciencia de clase si somos hijas criadas con calefacción central y ahora estamos pagando nuestra independencia con cuerpos fríos? El calor del hogar se queda en recurso publicitario. "Comenzó la muerte de lo que habíamos sido un día cualquiera de lo que no sé".
Bueno, pero hablar de lucha de clases es poco cool en un lugar donde la palabra del año es selfi. Así vivimos, mirándonos en una pantalla que dejamos que sea la que nos retrate. El ego y la cuestión social vale como nombre para una cafetería moderna. "Uno se afilia a quien le enseña dónde abunda el peligro". No me hace falta tener hepatitis C para que me duela la desesperación de unos enfermos a los que se les está privando de una medicación que podría curarles. Conciencia de clase, el nuevo libro de poemas de David Mayor. Necesitaba entrar en un texto como quien se tira de cabeza sin saber si va a golpearse contra el suelo pero deseando disfrutar del baño. Necesitaba salirme del libro y que lo leído me siguiera dibujando cenefas por dentro. "Nadie desconfía de quien parece que va a algún sitio". Yo voy contigo, David.
Nota: Todas las comillas son del libro Conciencia de clase de David Mayor.
Desde luego, me haré con este nuevo libro de mi admirado David Mayor. No es mala cosa llegar a la izquierda con Paco Ibáñez ni al marxismo por los Hermanos Marx. Yo diría que es, incluso, acertado. Todavía recuerdo qué mal nos llevábamos algunos chavales en clase. Pero, cuando había un partido de fútbol entre el A y el B, los que antes nos habíamos insultado, nos abrazábamos por haber compartido mérito en un gol. Estos recuerdos de "coincidencia de clase" quedan para siempre imborrables. Ahondaremos en esa conciencia de clase, de David Mayor. Enhorabuena por tu artículo.
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