domingo, 10 de noviembre de 2013

Las esquirlas de los juncos



Cada vez tengo menos claro ser un junco. Antes podían zarandearme sin romperme y yo lograba utilizar los vaivenes para bailar. Ahora temo que mi cuerpo se astille con cada golpe. Un clavo saca otro clavo, decíamos para aliviar un revés. Pero ahora nos están incrustando palos en cada trozo de piel y ninguno sale. Odio escribir con frases hechas, es como recalentarte un plato por enésima vez, sirve para comer pero se le ha gastado el sabor. La precariedad también era esto, que se nos cansen las ganas de escribir e imaginarnos mejores. Sentirse dominio perdido, direcciones web que se crearon en su día pero a las que nadie les hace caso. Tierras baldías. Entender el dato del paro o ser el dato del paro, el adentro y el afuera. Definición por aproximación. A nosotras no nos da tiempo de blanquear los billetes a no ser que los toquemos con las manos llenas de harina. Éxito para mí es que la masa de croquetas me quede bien ligada y así es muy difícil ser una depredadora en los negocios. Y mira que siempre he sido de guardarme cajas, pero me han tocado las de otras letras del abecedario, ninguna con la B de timo. Por eso al dinero también se le dice peculio, porque resulta peculiar que algunas lo tengamos.
Y TODO lo que sucede te rasga y así es muy difícil mantenerse en pie. A veces tienes la tentación de hacerte avestruz para no ver lo que pasa pero las cosas siguen pasando y cuando sales, toda la mierda acumulada te golpea en la cara. No se puede huir por donde sólo hay minas antipersona. Y luego ves a los diputados salir corriendo del Congreso y te asustas, que servidora es muy sensible. Es lo que tiene haber estado en el vientre materno el 23F y nacer un mes después de lo previsto por el miedo a salir a ese mundo del ¡quieto todo el mundo! El galope del otro día de sus señorías era un particular homenaje a la Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza, que había puente, oye. Una cosa es que la democracia esté en peligro y otra que la democracia que hay te parezca peligrosa. El ser y el estar, busque las siete diferencias. Si por lo menos el Todos a la cárcel de Berlanga se convirtiera en Todos a Pedralbes sería como un acto de justicia poética.
Para recomponernos y pegarnos los trozos necesitamos que paren por un momento los guantazos. Toma aire que se ha conseguido que se revoque un recorte. Querían quitar el dinero de las becas Erasmus y al final no lo hacen. Una alegría. Dime, ¿y las becas de comedor? No, eso no, que eso son cuestiones de pobres. Lo bueno de quebrantarse es que alguna esquirla pueda meterse en el ojo de alguno. Antes salíamos a por caracoles y ahora buscamos los brotes verdes. El otro día en un mercadillo de segunda mano un niño decía al desprenderse de un juguete "Si a los cacharros les quitas piezas, ya no funcionan, ¿y si yo me estropeo al quedarme sin mis cosas?"
Si nos acostumbramos a oxidarnos, nos oxidaremos del todo. ¿Los juncos pueden revolverse y rasgar el suelo que les sujeta? El día que dejemos de morirnos, ya verás tú qué susto.

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